lunes, 21 de febrero de 2011

Ellas

El otro día se lo comentaba a tres amigos delante de unas copas en uno de los muchos bares que frecuentamos. Probablemente sólo ellos leerán esta entrada pero bueno da igual, mi intención es ahondar en el tema que tratábamos.

Como no, el asunto que nos ocupaba era el de las mujeres, pero no su físico, no, hablábamos de lo diferentes que somos ellas y nosotros.

Les comentaba una situación de la que fui testigo y que me sorprendió sobremanera. Imaginaros a dos mujeres un lunes y una le dice a la otra.

-          Mari Pili ¿qué tal el fin de semana?
-          Pues aburrido. Con esta lluvia no salí de casa.  ¿Y tú qué tal?
-          Pues fenomenal. Estuve ordenando el armario.

¿Fenomenal? ¿Alguien se lo puede pasar bien ordenando algo y sobretodo un armario?. Yo desde luego no. Ellas lo ordenan y son felices. Cambian de sitio la ropa de verano y la de invierno para tenerla más a mano. Para mi la diferencia entre ropa de verano o invierno es el número de camisetas que me pongo a la vez.

Otra situación de la que he sido testigo varias veces es la siguiente.

-          Mari Pili, hace mucho que no veo a Manoli ¿sabes algo de ella?.
-          Sí, la vi la semana pasada y la vi muy guapa.

¿Perdón? ¿La vi muy guapa?. Aquí algo se me escapa. ¿Qué ocurre? ¿Manoli es fea o es que siempre va vestida como un adefesio? ¿No se peina?. Que una tía diga que su amiga es fea tiene tela. Imaginaros esa situación entre dos tíos.

-          Jose, hace mucho que no veo a Ramón ¿sabes algo de él?
-          Sí , lo vi la semana pasada y lo vi muy guapo.

No hace falta que diga nada ¿verdad?.

Para terminar y hasta una próxima entrega en la que probablemente recurra a este tema os voy a comentar otra diferencia de opiniones entre hombres y mujeres.

-          Mari Pili, ¿sabes que Manoli está embarazada?.
-          ¿De verdad? Pues me alegro mucho por ella.

“Me alegro mucho por ella”. Y yo me pregunto: ¿Le preguntó Mari Pili a Manoli si realmente quería quedarse embarazada? ¿Es un embarazo siempre una buena noticia?. No hace falta que os diga como sería esta conversación entre dos tíos.

-          Jose. ¿Sabes que Ramón va a ser padre?.
-          No jodas. Que putadón. A ver que hacemos ahora los sábados por la noche sin él.




miércoles, 9 de febrero de 2011

Lucha obrera

-          ¿Me llevas esta noche al sindicato?
-          ¿Esta noche? ¿Para qué?
-          Vamos a acampar en la Castellana de Madrid.
-          ¿Qué dices?.
-          Lo que oyes.
-          Pues nada, te llevo, te llevo.
-          Nos llevamos a otros dos con nosotros. Pero no digas nada porque ellos creen que sólo vamos a pasar una noche.
-          Vale papá. ¿Pero tú cómo lo sabes?
-          Me lo ha comentado Rafa (Jefe del Comité de Vigo).

Así me enteré el 28 de Enero de 2001 de la intención del Comité Intercentros de Sintel, acampar en plena Castellana hasta que el Gobierno del señor Aznar les diese una solución a su conflicto, engañando incluso a sus propios trabajadores diciéndoles que iban a pasar una noche en tiendas de campaña para al día siguiente manifestarse por el centro de Madrid.

¿El problema? Varios meses sin cobrar y sin asignación de tareas.

¿La razón? A pesar de que Sintel (perteneciente a Telefónica) era la empresa con más medios en España para desempeñar las tareas de instalación y mantenimiento de infraestructuras de telefonía y radio, su propia empresa matriz, Telefónica, decidió subcontratar esas labores a empresas menores (trabajadores con pésimas condiciones laborales y un servicio de dudosa calidad) y abandonar a Sintel a su suerte. Nada nuevo.

¿Por qué el señor Aznar? Porque fue él quien apareció en la portada de El País dándole la mano al señor Jorge Mas Canosa, famoso anticastrista afincado en Miami, tras la firma de la venta de Sintel.

He dicho venta pero quizás debería haber dicho regalo pues es muy difícil explicar como una empresa como Telefónica después de hacer una inversión multimillonaria en Sintel y firmarle unos contratos de alrededor de 75000 millones de pesetas, la vende a un precio irrisorio, y sobretodo porque el señor Mas Canosa NO PAGÓ.

A partir de ahí empiezan los problemas antes comentados. Cuando los trabajadores de Sintel acamparon, la empresa ya les debía casi un año de nóminas. A esto hay que sumarle los casi ocho meses de acampada.

¿Cómo fue la acampada? Imaginaros. Empezaron el 29 de Enero en Madrid con unas simples tiendas de campaña para cobijarles de la nieve (un día se levantaron tarde porque la nieve cubría las tiendas y pensaban que era todavía de noche) y terminaron los primeros días de Agosto con casi cuarenta grados de temperatura. Todo esto sin contar con la presión psicológica de tener a sus mujeres e hijos en casa sin poder llevarles dinero a fin de mes. Comentaros que este conflicto se llevó por delante la vida de algunos trabajadores. ¿Duro verdad?

¿Su suerte? Llevarse realmente como una familia que tiene que remar en la misma dirección. Y este era el punto fuerte de los 1500 trabajadores que formaron parte de Campamento de la Esperanza (la empresa llegó a tener casi 7000 trabajadores años atrás) además de una confianza ciega en el Comité Intercentros que realmente actuó como tal y no como un mero instrumento de los sindicatos, más preocupados por la política que por el bien de los trabajadores. Para hacer política ya estaban el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid que pusieron miles de trabas a los acampados. En contra de la opinión de los habitantes de la ciudad, llegaron a hacer una campaña barriobajera e indigna tachándolos de sucios y guarros. Decían que acampaban entre basura y ratas, cuando una de las premisas del Comité era la limpieza ante todo, cosa que es de entender porque el campamento ERA SU CASA. Esta campaña continuó cuando el conflicto terminó. Los trabajadores se ofrecieron a deshacer el campamento, el ayuntamiento se negó y acto seguido los acusó de abandonar todas las cabañas y utensilios allí. En fin, no words.

No me quiero enrollar más. Creo que a grosso modo he explicado uno de los episodios que debería pasar a formar parte de la historia de la Lucha Obrera y Sindical de este país. En aquel momento se veía como algo anecdótico, pero como es la vida, hoy, sólo diez años después, el Paseo de la Castellana se vería desbordado si los trabajadores españoles que están pasando por lo mismo que pasaron aquellos HEROES decidiesen montar su propio Campamento de la Esperanza en pleno corazón financiero de la capital de España.

Para terminar quiero enviarle un saludo a todos aquellos Rojos de Salón que alguna vez han querido dar clases de lucha obrera y sindicalismo: Que os jodan.